martes, 21 de abril de 2009

Jacques Tati pierde su pipa en Francia por el celo antitabaco


Esto no es una pipa. La agencia pública que dirige la red de metro y autobuses de Pa- rís, RATP, ha hecho suyo el célebre enunciado del pintor belga René Magritte y ha decidido que la pipa que fumaba en sus películas Monsieur Hulot, el personaje creado por el cineasta Jacques Tati, no es en realidad una pipa, sino un molinillo de viento. Lo que puede parecer un gesto de radical surrealismo es, en realidad, un acto de censura nacido de una celosa aplicación de la ley antitabaco francesa, conocida como ley Evin, y ha desencadenado una feroz contestación por parte de diversos sectores con los que se han alineado incluso miembros del Gobierno.
La ley Evin, que fue aprobada en 1991 y debe su nombre al entonces ministro de Sanidad, Claude Evin, prohíbe de forma terminante "toda propaganda o publicidad, directa o indirecta, del tabaco o de los productos relacionados" con él. Y los responsables del transporte público parisino consideran que la imagen escogida por la Filmoteca Francesa para anunciar una exposición sobre Tati --un fotograma de la película Mi tío (1958) en el que aparece Monsieur Hulot llevando en su Vélosolex al pequeño Gérard Arpel y fumando en su sempiterna pipa (que, por cierto, siempre estaba apagada)-- infringe esa norma. Por ello, en los carteles destinados al metro y los autobuses han transformado la pipa en un molinillo de color amarillo.
La manipulación de la imagen ha enfurecido a los organizadores de la muestra. "No podemos aceptar este tipo de censura en Francia --rugió el presidente de la Filmoteca Francesa, Constantin Costa-Gavras--. La pipa forma parte del personaje de Hulot, es una de sus señas de identidad". Aún más contundente se mostró el director de la institución, Serge Toubiana: "Esto es absurdo y ridículo. Modificar imágenes históricas porque incumplen leyes actuales es algo muy grave".
Precisamente, el temor a que se extienda la práctica de distorsionar obras que forman parte del patrimonio cultural en aras de la corrección política es lo que ha llevado a la sección parisina de la Liga por los Derechos Humanos a poner en marcha una campaña de recogida de firmas para denunciar la "escandalosa" manipulación de la imagen de Tati y exigir la restitución del fotograma original. "Si se organiza una exposición de estatuas griegas en el Louvre, ¿querrán ponerles hojas de parra?", se preguntó Agnes Trecoire, dirigente de la organización.

MALRAUX Y SARTRE
Pero de todas las críticas que ha suscitado la iniciativa de la agencia del transporte, acaso la más elocuente sea la que ha llegado desde el propio Ministerio de Sanidad, cuya titular, Roselyne Bachelot, que en 1991 votó a favor de la legislación antitabaco, declaró al diario Le Parisien que la situación "es-
tá rozando el ridículo".
No es esta la primera ocasión en que una celosa aplicación de la ley Evin obliga a manipular imágenes de iconos culturales franceses. El primer caso de cierta resonancia se produjo en 1996, cuando el servicio de Correos francés lanzó un sello dedicado a André Malraux para el que utilizó una conocida fotografía del escritor y político (hecha por Gisèle Freund) de la que se eliminó el pitillo que colgaba de sus labios. En el 2005, la Biblioteca Nacional de Francia borró el cigarrillo de entre los dedos de Jean-Paul Sartre en el cartel de una exposición dedicada al filósofo, novelista, dramaturgo y fumador empedernido de Gauloises.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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Nicolas

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Carlosé Mejía dijo...

Desconcertante, ridículo..., ¡absurdo!